Conóceme
Llevo muchos años explorando mi cocina, buscando entender quién soy y hacia dónde me dirijo. En el camino, descubrí que no necesito comprenderlo todo, solo dejarme llevar y sentir. El arte no se entiende, se expresa y se vive.
Para mí, comer va mucho más allá de saciar el hambre: es una experiencia mágica que nosotros mismos decidimos cómo vivir. Hay mil maneras de comer, pero aquella que va de la mano con buena compañía, risas, aprendizaje, recuerdos y emociones es la que realmente trasciende. Esa comida no solo llena el estómago, sino que también nutre el alma, recargando nuestra energía de manera natural.
La loca Latina no sigue un orden rígido: escucho lo que necesitamos, conecto y creo. Estoy convencida de que, sin conexión, no hay sabor. Por eso, cada experiencia en mi cocina es única, irrepetible y llena de matices inesperados que invitan a dejarse sorprender.
El día que decidí trabajar con la brasa, mi vida y mi cocina cambiaron por completo. Todo se volvió más experimental, progresivo y libre. La alabanza hacia el alimento unificó mis creencias con la gastronomía, y el fuego se convirtió en el corazón de mi propuesta. Utilizando los elementos de la tierra, rompo los parámetros estrictos de la cocina tradicional, dando paso a un estilo más dinámico, exigente y divertido. El viento es mi mayor aliado, y el fuego, su resultado.
Mi trayectoria está marcada por innumerables cocinas y experiencias. He tenido el privilegio de aprender de grandes chefs con estrellas Michelin que me han moldeado como mujer y cocinera. Pero también he aprendido del que me enseñó a tirar mi primera cerveza en un bar de fútbol o del que me vendió carbón, mostrándome el arte del fuego.
Para mí, la cocina refleja la vida misma: estrés, alegrías, logros, derrotas, creaciones y desastres. Cada plato cuenta una historia y cada experiencia alimenta mi pasión por seguir creando. Si decides vivir esta aventura culinaria conmigo, prepárate para romper expectativas, dejarte llevar y descubrir sabores que nunca imaginaste.
Con amor... Adna!